A la distancia de un sueño
de un lunes de agosto)
eres la mujer de un sueño difuso
de una madrugada de delirios
armada con una clepsidra
y con un reloj
estás a la distancia de un sueño
de una búsqueda sin nombres
en un pasado que escapó
sobre el mar de un horizonte enrojecido
cuando el sol concede y abandona
a favor de una luna que seduce al caminar
tu imagen es un recuerdo
como un laberinto sin salidas
donde se hayan
en un pequeño cofre de madera
aquellas cosas imposibles de olvidar
que no pueden ser dejadas a un lado
como un beso al pie de una muralla
o en un ático de una noche otoñal
como espacio marcado
en el registro del roce de los cuerpos
con su piel y con sus huesos
labrados por la ternura de querer
y por un anhelo amoroso
cargado de pasiones
y de la voluntad de morir
como la memoria infinita
de nuestro aliento enamorado
como el olor de las bocas
a arena del amanecer
en la que las distancias
no existen y podemos
jugar al juego
de nuevamente comenzar
y acaso sentir
como si una vez fuera la primera
y desnudos pudiésemos caminar
juntos y sin rubor una ciudad
atrapada en su circularidad
sin embargo estás
después de todos estos años
a la distancia que delimita
la luz que disipa las sombras
entre las siluetas al alborecer
de un lunes de delirios
cuando acudo a recordar
que ni te alcanzo ni lo pretendo
que el pasado ya se ha marchado
y sólo quedan nuestros cuerpos
translúcidos como un dibujo
siluetas fugaces sobre papel
en un mundo onírico e improbable
tantos años y tanta distancia
tantos sueños en la madrugada
tantas palabras palabras
tantas largas líneas de palabras
y estos versos son ante todo para ti
sostengo en mis manos un tiramisú
y un coñac para los desagravios
que es todo lo que te puedo ofrecer
por los años y los sueños
que a mi pesar no te podré dar
por los años y por los sueños
que no te podré dar…
Eric Alvarez © 20 de agosto de 2018
(Rev. 8 de septiembre de 2018.)
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