Ilusión de otoño

Foto por Yrsa © 2007
te alimento
 te nutro
vives gracias a mi 
y me alimentas
me nutres
vivo gracias a ti

y algún día
aunque seguirás viviendo
yo que deseo imaginarme 
vivo y fuerte
en realidad estaré sintiendo
desde mis entrañas
la abundancia de la angustia
que enumero aquí desesperado 
el dolor de mis heridas
el paso mortuorio 
de mi enfermedad centenaria,
la debilidad inevitable 
de mis pasos mortificados
el hedor amargo 
de mis órganos 
putrefactos e inservibles 
el ruinoso quejido de mis huesos 
que van quebrándose
el imposible pasado 
que no regresará
que ya no regresará
y qué importa
yo que te alimento 
y te nutro en realidad
habré muerto
como badea infértil 
seca e improbable

tú frágil caballero 
de los tiempos que fueron
aquellos que se alejaron 
con los signos del universo
tú parásito insalvable 
de mis jugos más íntimos
en tu adicción sin cura 
a esta simbiosis mortal
seguirás viviendo
aún de mis despojos 
hasta mi último gusano
hasta el último efluvio 
de mi fétida carroña
hasta la inevitable entrega
de tu alma y de tu cuerpo
a tus hambrientos 
y militantes demonios

cuando de mí ya no bebas
y cuando de mí ya no poseas
sino el envenenado aliento
que pudrirá tus venas
ya no habrán cantos ni banderas
cómplices ni gobiernos
ni tu ambigüedad oportunista
o tus sentencias inapelables
sólo tiempos nuevos
y el rictus escatológico y final
que se trazará en tu boca
cuando por fin no mentirás 
maldito y soberbio y amenazante

y será de otros el deseo 
será de otros el sueño
la imprescindible ilusión
la verdad innegable
y ese otoño vital 

en el que ellos
 libres y vociferantes
sin farsantes y sin miedos
como amantes nuevos
divinos y dichosos 
alzarán vuelo

Eric Alvarez © 2007-nov.

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