A Chezelle Torrres (1973-2009): un instante en el recuerdo



... un día, no sabemos cómo, se nos escapa la ternura y el pelo negro y la sonrisa convicta, y las manos azarosas sobre la madera. Ese día se nos vá un pedazo del alma, como un heraldo negro, y nos sentimos menos e incompletos, y efectivamente lo estamos, no comprendemos ni deseamos comprender... Sabemos que su cuerpo y su alma descansa, y que de alguna manera que nunca sabremos explicar, Chezelle sigue entre nosotros, tierna, con su pelo negro, con su sonrisa convicta, con sus manos azarosas sobre la madera... como un ángel pegado a la memoria del universo, como un recuerdo luminoso y verdadero...

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