Cuando el sol toma distancia y abandona, el silencio, el mar...
esas luces rosas y naranjas, de nuevo y siempre, con las que el sol arma un adiós inevitable dejando atrás sus despojos de divinidad de los misterios diurnos, o mediante el trazo de una silueta femenina sobre una montaña de despedidas, o el prólogo visual y lejano, en una de sus salidas inciertas de escena, para que corra una de marineros en puertos exóticos sumidos en el silencio... Y en el tiempo que llegará hasta el mar.
Eric Alvarez (texto y fotografía) © San Juan, PR, 2019-01-09
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