Esencia de todos los comienzos

el beso que no escapó de mi boca
para alimentarme de tu saliva
y los fluidos beligerantes
de tu vagina húmeda y violenta
de la serpiente roja con la que alguna vez
me recorriste y me desnudaste
y me hiciste mil veces vulnerable
de tus labios múltiples
en los que fundé mis adicciones
o la rabia imposible de mi cuerpo
sobre tu cuerpo de algas y corales
para calar hasta las profundidades
de la divinidad erguida de tu sexo
como ese mar embravecido
arrasando con sus brazos azules
rocas y palmeras y vestigios de vida

el relámpago asesino que no hice estallar
para destrozar al enemigo odiado
para deshacerle y rehacerle
a mi imagen y semejanza
como un dios en su primer día
para luego perdonarle
desde la indignación
de mi prepotencia imperdonable
con la que me armé homicida
como las flores violetas
de mis sueños y mis agonías

las mentiras que no construí
para edificar un hálito de esperanza
para alimentar de vida
y transformar los harapos
de la muerte que lentamente muere
las verdades que callé
que no dije de frente ni en las calles
ante los sabios del templo
que protegen los dogmas absolutos
como monarcas desnudos
definitivos e inmutables

ya es muy tarde
a esta hora de la primera madrugada
ya es muy tarde
tras el paso de un año más
en el espacio y en el tiempo
ya es muy tarde
para el beso hambriento
el relámpago asesino
las mentiras y las verdades
para todo ello ya es muy tarde

con miras al futuro
sólo queda el camino
de tus pupilas café-verdosas
tu certeza láctea
el lecho húmedo
la esencia ardiente
con la que iluminas
la esencia vigorosa
con la que precisas
todos los comienzos
sólo quedas tú
sólo queda tu cuerpo
en el que restauro
mi voluntad
mis esperanzas
y me alimento

1 de enero de 2011

Eric Alvarez © 2011. Texto e imagen. Todos los derechos reservados.