Mi chirrido intolerable


como las aves oscuras de la muerte
me alimento de carroña
de la carne putrefacta
de los desechos

como las aves solitarias de la demencia
voy sustrayendo delirios
de los caminos
y de los hombres

construyo un nido como las aves alimentantes

y mis alas baten y se extienden
planeando sobre el valle
acechantes y asesinas

hago mías la carroña
los desechos
los delirios
y canto mi canto infernal

como las aves poseídas por los demonios
mi chillido sádico
mi chirrido intolerable
invoca venganzas sedientas de almas

escucha, sólo escucha…
hasta el límite posible de tu ser vacío
hasta donde te lo permita
la trampa suicida de tus viejas convicciones

escucha, escucha mientras puedas
mis garras como las de las aves homicidas
están extendidas y tensas
la vista aguda se fija intensa sobre tu cuello

escucha antes de que te haga mi presa
antes de que te despedace
y ya no reconozcas tu ser vacío
ni tus viejas convicciones

escucha mientras puedas mi chillido
el de las aves infernales
libertarias y divinas
como dioses

La hora del silencio no ha llegado.


Eric Alvarez © 2010 Fotografía y texto.

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